Los hijos se van...

Hay que aceptarlos con esa condición, hay que criarlos con esa idea, hay que asumir esa realidad. 

  • No es que se van... es que la vida se los lleva. 
  • Ya no eres su centro. 
  • Ya no eres propietario, eres consejero. 
  • No diriges, aceptas. No mandas, acompañas.
  • No proyectas, respetas.
  • Ya necesitan otro amor, otro nido y otras perspectivas.
  • Ya les crecieron alas y quieren volar.
  • Ya les crecieron las raíces y maduraron por dentro.
  • Ya les pasó las borrascas de la adolescencia y tomaron el timón.
  • Ya miraron de frente la vida y sintieron el llamado, para vivirla por su cuenta. 
Ya saben que son capaces de las mayores aventuras, y de la más completa realización. Ya buscarán un amor, que los respete, que quiera compartir sin temores ni angustias las altas y las bajas en el camino que les endulce el recorrido y los ayude en el fin que quieren conseguir.

Y si esa primera experiencia fue equivocada, tendrán la sabiduría y las fuerzas para soltarlas, así, otro amor les llegará para compartir sus vidas en armonía.

Ya no les caben las raíces en tu maceta, ni les basta tu abono para nutrirse, ni tu agua para saciarse, ni tu protección para vivir. Quieren crecer en otra dimensión, desarrollar su personalidad, enfrentar el viento de la vida, al sombro del amor y al rendimiento de sus facultades.

Tienen un camino y quieren explorarlo, lo importante es que sepan desandarlo, tienen alas y quieren abrirlas. Lo importante es el corazón sensible, la libertad asumida y la pasión a flor de piel.

Que la rienda sea con responsabilidad, y la formación, llena de luz.

Tú quedas adentro. En el cimiento de su edificio, en la raíz de su árbol, en la corteza de su estructura, en lo profundo de su corazón. Tu quedas atrás.

  • En la estela luminosa que deja el barco al partir.
  • En el beso que les mandas.
  • En el pañuelo que los despide.
  • En la oración que los sigue.
  • ¡En la lágrima que los acompaña!
  • Tú quedas siempre en su interior aunque cambies de lugar
《Hijos valoremos más a nuestros padres, por ellos somos quien somos!  Amar a nuestros padres, honrarlos en todo momento.  somos el fruto de ese amor, venimos a este mundo siendo para ellos una bendición, regalo de Dios. no hagamos llorar a nuestros padres, seamos agradecidos ya que padre y madre hay uno solo. Vivamos respetando, considerando, ayudando; jamás aceptemos que nuestros esposos(@). Hagan mal o hablen mal de ellos. Jamás los abandones》  Efesios 6:1-3: "Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra."
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